Carla ayudará a implementar en México una red que estudia el efecto de cambio climático en fenómenos biológicos

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través de la Dirección General de Cooperación e Internacionalización (DGECI), se ha dedicado a apoyar a miles de estudiantes para irse de intercambio académico, ya sea con programas de movilidad semestral, apoyos a la titulación o hasta estancias académicas. En específico, estas últimas tienen por objeto impulsar a los estudiantes a terminar sus proyectos de titulación, complementándolos desde distintos ángulos bajo el lente de otras Instituciones de Educación Superior.

Tal fue el caso de Carla Isabel Arreguín Magaña, quien pasó los últimos tres meses del año pasado en una estancia académica en la Red Nacional de Fenología de los Estados Unidos (USA-NPN, por sus siglas en inglés), a la cual pertenece la Escuela de Recursos Naturales y Medio Ambiente de la Universidad de Arizona.

Carla es egresada de la licenciatura en Geografía de la Facultad de Filosofía y Letras, en Ciudad Universitaria. Su proyecto de titulación versa sobre los efectos del cambio climático y de cambio de uso de suelo en El Santuario de las Luciérnagas, centro ecoturístico dedicado al avistamiento de ese insecto en Tlaxcala.

Dada la naturaleza de su proyecto, Carla eligió estar entre científicos y directivos de la USA-NPN para imbuirse de su conocimiento. Esta red, así como otras en el mundo, se dedican a estudiar, coleccionar, almacenar y compartir datos acerca de los factores climáticos que afectan a especies de flora y fauna. La floración y maduración de frutos de plantas o la hibernación y migración de animales, e inclusive la estacionalidad de las alergias causadas por el polen son objeto de estudio de la fenología. Por ello, su importancia radica, entre otras cosas, en materia agrícola, de salud y de conservación, sobre todo en un panorama de cambio climático. Dado que muchas veces la base de las redes fenológicas es la ciencia ciudadana, la cual se desarrolla a partir del trabajo científico voluntario del público general bajo supervisión de especialistas, su fundación y aplicación implica a toda una serie de actores, entre los que se encuentran científicos, instancias gubernamentales, tomadores de decisiones, educadores y ciudadanos.

En la actualidad, existen pocas redes establecidas con aplicación a gran escala. En México, desde el Colegio de Geografía de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, se está impulsando una iniciativa para sentar las bases de lo que es la Red Nacional de Fenología MX, de la cual se desprende el proyecto de titulación de Carla.

Durante su estancia, además de complementar su proyecto de titulación, Carla se dedicó a estudiar la Red de los Estados Unidos en un esfuerzo por comprender e implementar los conocimientos adquiridos en la Red Nacional de Fenología de México. Como parte de ello, también destinó parte de su tiempo a construir protocolos de monitoreo fenológico, los cuales sirven para homogeneizar lo mejor posible la información recabada a través de los portales de la investigación participativa.

Estos protocolos, pensados para especies de luciérnaga, ya se encuentran disponibles en su versión en inglés en la plataforma de ciencia ciudadana de la USA-NPN, conocida como Nature’s Notebook.

Los protocolos en su versión en español y aplicados para México se encuentran todavía en fase de pruebas, pero serían los primeros en su tipo en el estudio de luciérnagas en el país. Éstos ayudarían, sobre todo, a las comunidades que viven de los recursos naturales donde se desarrolla el turismo de luciérnagas, en espera de que proyecten el comportamiento de estos insectos en relación con el clima y preparándolos para las posibles medidas a implementar frente al cambio climático.

Aparte de lo académico, Carla tuvo la oportunidad de vivir tradiciones y costumbres estadounidenses como Halloween, Día de Gracias y Navidad de la mano de ciudadanos nativos, con los cuales ha estrechado lazos de amistad. Asimismo, lo más sorprendente del país, para ella, es la conservación de sus recursos naturales, mismos que muestran una belleza paisajística inigualable. Aunque su estancia terminó en diciembre del año 2022, Carla asegura que ésta ha sido de las mejores experiencias no solamente para su formación profesional, sino también para su crecimiento personal, por lo que es y será un recuerdo para toda la vida.

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